Siente más, piensa menos
Encarnamos por elección en nuestro sistema familiar, escogemos una familia que nos de las informaciones genéticas necesarias, para experimentar lo que venimos a aprender.
Al venir a este plano lo olvidamos todo, olvidamos que somos nosotros los creadores del diseño de nuestro mapa de vida, que hemos elegido absolutamente todo lo que nos ocurre, para poder encontrar nuestra medicina y volver al amor que siempre somos.
Nuestro personaje se empieza a crear ya en el útero materno, nos empiezan a llegar todas las informaciones del clan familiar; la forma en que se han desenvuelto en la vida todos los miembros de nuestro linaje, tanto de la línea materna como de la línea paterna, estas informaciones se alojan en la memoria inconsciente del árbol familiar, a la cual estamos conectados.
Los primeros años de vida son los más importantes, es donde se generan las heridas que van a configurar nuestra adolescencia y posterior adultez.
Cuando hablo de heridas, me refiero a la amplia gama de comportamientos parentales por los que un niño o una niña puede sentirse no visto, no reconocido, no escuchado, no valorado, no amado, no protegido etc.
Estas “heridas” se van alojando en el subconsciente de los niños y las niñas como verdades sobre quiénes son. Cuando crecen van buscando las situaciones de su vida que les hagan sentirse como creyeron que merecían sentirse, es decir, son fieles a su programación.
Padres y Madres hacen su rol lo mejor que pueden y saben, no siendo conscientes del dolor que pueden estar generando en sus hijas/os. No se dan cuenta porque la lealtad al inconsciente del clan es más fuerte que el propio cuestionamiento de sus acciones. Ellos reproducen el patrón que reprodujeron sus padres, y así generación tras generación se va repitiendo la misma memoria, hasta que alguien rompe con la herencia de la inconsciencia y cambia la historia, los conocidos/das como “ovejas negras”.
Los roles dentro de las familias no siempre son respetados, hay hijos/as en el lugar de padres/madres, hay madres/padres en el lugar de hijas/os, hay energías no reconocidas; como relaciones extramatrimoniales, abortos, muertes, hijos ilegítimos, familiares rechazados, incestos, estafas, anhelos, pactos de pobreza etc etc etc.
En resumen, mucho secreto, información que no ha salido nunca a la luz por respeto a la cultura de la apariencia. Esto crea vacío en el clan, un estancamiento de la energía y desarmonización de la misma, obstaculizando que los nuevos miembros puedan tomar el lugar que les pertenece y abracen su propia vida.
Las constelaciones familiares son una representación simbólica de un conflicto latente en tu vida, si son individuales se hacen con muñecos, la energía de las personas implicadas en el conflicto se transfiere a los muñecos, de esta forma es más fácil tomar visión de águila, es decir, tomar perspectiva de la situación.
Lo que estamos representando en escena es la información del campo de energía del clan familiar, que es el origen de todo.
La sanación se produce al reconciliar las energías a través de la comprensión y el perdón que tu llegas a experimentar, aparece la raíz del conflicto, que puede ser de generaciones pasadas o incluso vidas pasadas.
A través de esta comprensión en ti, se reorganiza la energía, se ordenan los roles y posiciones del clan familiar. Estas informaciones nuevas se integran en tu campo de energía, en tu cuerpo sutil, se libera la densidad que estés lista o listo para soltar.
Se abren los caminos para que ocupes el lugar que te pertenece en tu sistema familiar y abraces tu vida.
Estas constelaciones vienen acompañadas de sanación akáshica y limpieza energética
Siente más, piensa menos